20 de mayo de 2015

El Lenguaje del I Ching




Señales de Amor, nueva traducción del clásico I Ching, de Stephen Karcher, (1)


En el libro de los oráculos hay varias palabras fundamentales para comprender el camino del I Ching. La primera es la más misteriosa: "I" o "cambio" precisamente. Aunque se asocia a la idea de cambio tranquilo, cuando las cosas siguen su curso natural, también puede adquirir significados más precisos. El primero es "conflicto", una especie de cambio descompensado en el cual, lo que parece ser sólido y seguro, de pronto cambia y se convierte en inestable. El segundo es la respuesta al conflicto: imaginación creativa, movilidad emocional, versatilidad, y la habilidad para cambiar rápidamente de dirección. Se te aconsejará repetidamente que para tratar el conflicto, tu identidad no debe ser fija y estanca sino fluida, lo que da a entender que el propósito del conflicto es cambiar tu manera de pensar y actuar para que esté más de acuerdo con el camino.
El "Camino" o "Tao" es concebido como un misterioso y gran flujo de energía o espíritu que anima y da forma al mundo. Ofrece un sendero para cada uno de los millones y millones de seres que existen en el mundo y les otorga su potencial identidad. Estar "en el Camino" o "en el Tao" significa experimentar el conocimiento, sentir que las cosas tienen sentido. Aporta amor, compasión, alegría y creatividad. Los dos indicadores adivinatorios básicos utilizados en el I Ching nos lo demuestran. El primero, "el camino está abierto", enseña que una acción o dirección liberará energía creativa y buena fortuna. El segundo, "el camino está cerrado", enseña que una acción o dirección te aislará del espíritu y te dejará a merced del peligro.
El camino está diseñado para desplegarse a través de la continua alternancia de los dos poderes primordiales. Las palabras más antiguas para designar estos poderes son "grande" y "pequeño" que se convierten luego en las más familiares yin y yang. Constituyen los dos caminos básicos de orientación de tu voluntad para que sea más eficaz en una situación determinada.
El poder yang o "personalidad grande" te invita a que concentres tu fuerza, focalices una idea y te centres en ti mismo para actuar de forma decidida. Se trata de alguien que ha hecho esto de una forma consecuente, lo que le ha permitido adquirir poder e influencia, y la fuerza necesaria para ayudar o proteger a los demás.
El "poder yin" o "personalidad pequeña" te invita a que abandones la autoimportancia, a que seas flexible y te adaptes a lo que se te cruce en el camino. La gente con "personalidad pequeña" se adapta a todo lo que le sucede de una manera flexible y espontánea porque no se ven impedidos por un sentimiento excesivo de su propio valor. Es importante que nos demos cuenta de que yin y yang o Grande y Pequeño no significa en absoluto hombre y mujer. Los hombres y las mujeres son los dos yin y yang, y ambos deben actuar a veces como "grandes", y a veces como "pequeños".La capacidad de adoptar cualquiera de las dos orientaciones es de una importancia crucial en una relación.
Adaptándote al flujo de estos dos poderes y al camino que hay tras ellos, acumularás poder y virtud, un poder y una virtud muy especiales denominados Te. Esta fuerza interior te ayuda a llegar a ser quien realmente quieres ser. Te abre al poder del cielo y de tu propia naturaleza profunda. Indirectamente puede afectar a todo lo que te rodea. Contribuirá a que tu relación adquiera fuerza y sinceridad.
Los antiguos sabios creían que existen otras muchas clases de seres en el mundo distintos de los humanos, pero dos de ellos son de gran importancia en tu búsqueda de la autorealización y de unas relaciones satisfactorias. Los espíritus o shen y los ocho espíritus favorables son seres que pueden ayudarte. Otorgan poder, energía, vitalidad y confianza y pueden abrir puertas y apartar obstáculos. Ennoblecen tus deseos y compromisos. Las fórmulas adivinatorias "hay una conexión con los espíritus" o "conectado con los espíritus, ellos te ayudarán", se refieren a estos poderes (*) Estas fórmulas muestran que aprueban tus acciones y que estarán allí para ayudarte. Pueden conceder muchos dones, entre ellos: éxito en una empresa, poder efectivo y la capacidad de aportar madurez a tu situación o relación.
Adversidad expresa la acción de otra clase de espíritus, los "fantasmas enojados" o kuei. Esta fórmula adivinatoria muestra que te estás enfrentando con un peligro con raíces en el pasado: recuerdos, viejas heridas, acciones o deseos frustrados. Nacen generalmente de la tristeza, el dolor o el peligro y actúan con un alto grado de autonomía. Pueden tener una influencia significativa en el presente. En una relación, pueden aparecer desde muchos lugares diferentes. Generalmente lo mejor es encarar el peligro y exorcizar o apaciguar la influencia negativa bien asimilándola, o bien disipando su poder sobre ti mediante la expresión de tus sentimientos.
Ancestros o antepasados son también figuras importantes en este campo, y la palabra es utilizada a menudo. Los espíritus ancestrales nos conectan con las fuentes de la vida. Cuando son adecuadamente reconocidos y apreciados, aportan bendiciones (fu) a la vida. Existen importantes rituales en el trato con los ancestros: sacrificios en el templo, a menudo realizados por el rey para el bien de todos, relicarios y comidas compartidas con otros. También hay lugares importantes donde llevar a cabo estos ritos: El templo de los ancestros, El altar del campo, El altar de las afueras, y los santuarios de la colina o montículos solemnes. En estos lugares se establece contacto con los ancestros. Podemos hablar con ellos y participar de su sabiduría y sus bendiciones. Todos podemos honrar a estos profundos pozos de tradición y sabiduría dentro de nosotros. Juegan un importante papel en el terreno del amor.


(*) La forma en que fue redactada la frase: Las fórmulas adivinatorias "hay una conexión con los espíritus" o "conectado con los espíritus, ellos te ayudarán", se refieren a estos poderes, es una sugerencia de Rodrigo Olvera, integrante del grupo I Ching al que pertenezco, y que aporta mayor claridad a lo que, en la edición de que dispongo, no la tenía.


(1) Señales de Amor, nueva traducción del clásico I Ching - Stephen Karcher, Ed. Océano, 1ra. edición, Barcelona 2001 - ISBN 84-7556-218-3



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