25 de marzo de 2009

Sui / El Seguimiento



en la versión de Richard Wilhelm (1) se lee:


arriba Tui, Lo Sereno, el lago
abajo Chen, Lo Suscitativo, el trueno



Arriba se encuentra Lo Sereno cuya característica es la alegría y abajo esta Lo Suscitativo, lo excitante cuya característica es el movimiento. Alegría durante el movimiento conduce al Seguimiento. Lo Sereno es la hija menor, Lo Suscitativo el hijo mayor. Un hombre ya mayor se coloca por debajo de una muchacha joven y tiene consideración para con ella. De este modo la mueve al seguimiento, a la sucesión.

EL DICTAMEN

El Seguimiento tiene elevado éxito.
Es propicia la perseverancia. No hay defecto.

A fin de obtener seguimiento, hace falta en primer lugar que uno sepa adaptarse. Únicamente mediante el servicio llega uno a dominar; pues únicamente así se logra el consentimiento alegre y sereno de los de abajo, indispensable para el seguimiento. Allí donde se pretende obtener seguimiento a la fuerza, mediante a astucia o la violencia, mediante la conspiración o el partidismo, se suscitara siempre resistencia, que impedirá un seguimiento solicito y voluntario.
Sin embargo, un movimiento alegre también puede conducir a malas consecuencias. Por eso añade como condición: “Es propicia la perseverancia”, vale decir, ser consecuente en lo recto y “sin falla”. Del mismo modo que uno debe requerir seguimiento solo bajo esta condición, también es lícito que siga a otros bajo la misma condición para no sufrir daño.
La idea del seguimiento, condicionado por la adaptación a lo que exige el tiempo, es grande e importante y por lo tanto también el texto del Dictamen añadido es tan favorable.

LA IMAGEN

En medio del Lago está el trueno: la imagen del Seguimiento.
Así el noble a la hora del atardecer
se recoge para su recreo y descanso.

En el otoño la electricidad vuelve a retirase hacia el interior de la tierra y descansa. Sirve aquí como símbolo el trueno en medio del lago; no el trueno en movimiento, sino el trueno del descanso invernal. El Seguimiento se deduce de este símbolo en el sentido de la adaptación a las exigencias del tiempo, de la época. El trueno en medio del lago indica tiempos de oscuridad y reposo. Así el noble, luego de un día de infatigable actividad, se permite en horas de la noche el recreo y el reposo. Cualquier situación se torna buena únicamente cuando uno sabe adaptarse a ella y no malgasta sus fuerzas en falsas resistencias.

LAS DIFERENTES LINEAS

Al comienzo un nueve significa:
Lo decisivo se modifica. La perseverancia trae ventura.
Salir de la puerta para el trato engendra obras.

Hay estados de excepción, durante los cuales la relación entre conductor y conducido se modifica. La idea de la adaptación y del seguimiento implica que, si uno quiere conducir a otros, ha de ser siempre accesible e influenciable por las opiniones de los subordinados. Solo que es necesario conservar al respecto principios firmes, para no entrar en vacilación cuando tan solo se trata de opiniones efímeras, validas para el día que corre. Dispuesto a escuchar las opiniones de otros, uno no ha de juntarse siempre únicamente con personas de ideas idénticas con sus partidarios; antes bien deberá salir de su recinto y entablar desprejuiciadamente relaciones con gente de toda índole, ya sean amigos o enemigos. Únicamente así se podrá llevar a cabo alguna obra.

Seis en el segundo puesto significa:
Si uno adhiere al varoncito,
perderá al hombre fuerte.

En lo tocante al a amistad y los vínculos estrechos hay que observar una cautelosa elección. Se rodea uno o bien de mala compañía. No se puede tener a ambas a un tiempo. Si uno se malgasta a sí mismo en el trato con gente indigna, perderá la conexión con gente espiritualmente valiosa, capaz de estimularlo en le buen sentido.

Seis en el tercer puesto significa:
Si uno adhiere al hombre fuerte, pierde al varoncito.
Mediante el seguimiento encuentra uno lo que busca.
Es propicio permanecer perseverante.

Si uno ha encontrado la conexión debida con gente valiosa, es natural que, como consecuencia, experimente ciertas perdidas. Es necesario separarse de lo inferior, de lo superficial. Sin embargo, uno se sentirá satisfecho e su fuero intimo al haber hallado aquello que busca y necesita para fomentar la evolución de su personalidad. Lo único que hace falta es permanecer firme. Uno debe saber lo que quiere y no dejarse confundir y extraviar por inclinaciones de momento.

Nueve en el cuarto puesto significa:
El Seguimiento crea éxito. La perseverancia acarrea desventura.
Recorrer el camino con veracidad
aporta claridad.
¿Cómo podría haber en ello una falla?

A menudo, ejerciendo una cierta influencia, logro uno obtener seguidores, expresándose con afabilidad hacia los de abajo. Los hombres que en tal caso se le adhieren no abrigan, sin embargo, intenciones honestas. Procuran su ventaja personal y tratan de hacerse imprescindibles recurriendo a la adulación y al servilismo Si se acostumbra uno a semejantes partidarios, al punto de ya no poder pasarse sin ellos, atraerá sobré sí la desventura. Tan solo un hombre enteramente libre de su propio ego, que con toda convicción, persiga únicamente lo recto, lo correcto, adquirirá la necesaria visión clara para desenmascarar s tales personas, y así se librara de cometer faltas.

Nueve en el quinto puesto significa:
Verdaderamente en el bien. ¡Ventura!

Todo hombre debe tener algo a la cual seguir, algo que le sirva de estrella orientadora. Quien con convicción va en pos de lo bello y lo bueno, podrá sentirse fortalecido por esta sentencia.

Al tope un seis significa:
El halla firme adhesión,
y por añadidura se siente comprometido.
El rey lo presenta a la Montaña Occidental.

Se trata de un hombre que personalmente ya ha dejado s sus espaldas los afanes del mundo, en elevado sabio. Pero aparece un seguidor que lo comprende y no lo suelta, no se desprende de el. Así regresa una vez más al mundo y ayuda a este en su ejecución de su obra.
De este modo surge entre ellos un enlace de índole eterna. La parábola procede de la dinastía Chou. Esta dinastía honoraba a sus ayudantes meritorios otorgándoles un sitio en el templo de los ancestros de la familia gobernante, en la Montaña Occidental. De tal modo eran acogidos en el ámbito el destino de la casa reinante.

(1) I Ching - El Libro de las Mutaciones. Ed. Sudamericana 7ma. edición Buenos Aires 1985 - ISBN 950-07-0085-9

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